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De Kojima y sus kojimadas

Uno, en su condición de friki nivel usuario, asiste con estupefacción a la cantidad de gilipolleces que se vierten día a día sobre símbolos de su infancia y su adolescencia. Haciendo equilibrios entre el estupor y la vergüenza ajena, observa anonadado como se destruyen mitos que creía libres de cualquier rechazo.

A ver, evidentemente que podemos pensar que la cuarta de Indy no es TAN buena como la primera y la tercera, aunque sigue siendo bastante más creíble que la segunda. Entiendanme, soy el primero en criticar la enésima adaptación de la saga de serie B de turno que no me ha llegado al alma, y te miro a ti, Chucky de Hacendado, con tu WIFI y tus mierdas.

Chucky de hacendado

No obstante, no voy a dedicar horas de mi vida en verter toneladas de mierda sobre los creadores, productores, directores, actores, escritores, o cualesquiera sean los responsables de la obra en cuestión. No. ¿Por qué? Pues cojones, siempre me quedará aquella película o libro o videojuego que me llegó al corasonsito. Y ya. E incluso es posible que saque cosas buenas de lo próximo que se haga, no me cambiará la vida, no, pero el ratito de diversión puedo echarlo.

Sirva este párrafo introductorio pues para empezar a cagarme en cientos de miles de subnormales que se dedican día tras día, semana tras semana y mes tras mes, con una constancia digna de admirar y que, usada en otros propósitos, podrían desembocar en la cura del cáncer, a meterse con la figura de Hideo Kojima: creador, director, diseñador y amante del ramen y de compartir su comida en Twitter.

Kojima, como todos sabrán, es básicamente conocido por ser el autor de Metal Gear. Esa obra imperecedera que, vaya por dios, tuvo su máximo reconocimiento en Metal Gear Solid para Playstation. Y digo vaya por dios, porque coincidió con la época en la que gente que actualmente tiene entre 30 y 40 años recuerda con más cariño su adolescencia. ¿Qué quiere decir esto, señores? Pues que una piara de señores mayores con síndrome de Peter Pan se quedaron anclados en un pasado feliz y afirmaron con rotundidad que ESO SI QUE ERA UN JUEGO. E incluso que aquello ERA EL MEJOR VIDEOJUEGO DE LA HISTORIA. Y ojo, que Metal Gear Solid era un juegaso, un juegaso ampliamente superado en mecánicas, profundidad e historia por su segunda y tercera parte, y que tuvo un colofón y un cierre apoteósico en su cuarta entrega. Dejemos aparte el quinto de la saga numerada y hablemos de él en un ratito, que la cosa tiene miga y sigamos con el primero de Playsation. Si, el Alfonso Vallés, el mejor doblador de la historia (LOS COJONES); el de la innovación impresionante con cosas jamás vistas antes (UN CIPOTE COMO UN GARROTE); el de los mejores malos de la saga que eso si que eran malos profundos y no la mierda que hay ahora (UN RABO COMO UN BRAZO DE RECIÉN NACIDO SUJETANDO UNA MANZANA).

El principal problema que tengo con Metal Gear Solid, es que siendo una auténtica OBRA MAESTRA, el atajo de imbéciles del que hablaba antes lo ha glorificado por el sencillo motivo de hacerse el guay. Y me explico. No queda cool, para comentar con tu crush, en un brunch, mientras revisitas la última cinta de Haneke, decir que EL ÚLTIMO videojuego que ha sacado X autor RECONOCIDO y que VA A VENDER MUCHO te ha gustado una barbaridad. Ahora bien...

Jo tía, qué buena la última de Michael -pronunciado Mijael, of course-. Si es que menos mal que quedan autores así.

Ya te digo, cari, amor mío, rollito de tofu con algas nori, flor de amapola no normativa de mi corazón.

Jo, tía, ahora me han dado ganas de jugar al último juego indie serbio que vi en el foro de lasgafasdeWoodyAllen.com -sonríe con suficiencia-. Va sobre un espía en la época comunista, se maneja con dos teclas y...

¿Espías, caramelito de cúrcuma? ¿No salía hoy el nuevo Metal Gear?

¡No me lo recuerdes, empoderadita de mi vida -se sujeta el pecho con pasión y aprieta un puño-, por favor, no me lo recuerdes! Ay Kojima...

Pero...

¡¡Ay, Kojima!! Tu no lo entenderías, cielo-límpido-sin-contaminación-gracias-a-los-esfuerzos-de-mujeres-como-tú-misma, tu no lo entenderías -suspira-. Kojima se ha convertido en un director de cine frustrado. Ahora llena sus videojuegos de detalles absurdos y cómicos, se dedica a hacer promociones intensas y grandilocuentes, llena los guiones de inconsistencias argumentales con su saga y lo salpica todo de robots gigantes y armas futuristas.

¿Pero qué me dices, truchita pescada y puesta de nuevo en libertad?

¡Lo que oyes! ¡Qué lejos quedan los tiempos de la primera Playstation! Entonces en su obra se notaba una comicidad cómplice con el jugador, sus promociones al estilo hollywoodiense eran rompedoras, defendía el lore de la saga con uñas y dientes a pesar de pequeños detalles sin importancia como gemelos malvados o padres asesinos salidos de la nada. ¡Y el Rex! ¡Cómo recuerdo el Metal Gear Rex! Ahora... -Una lágrima rueda por su mejilla-. Ahora, parche del agujero de ozono de mi existencia, ¡ahora sale un personaje femenino medio en pelotas!

¡Tranquilo morcillita de mi sangre, tranquilo! ¿Quieres que volvamos a jugar al Metal Gear de la Playstation los dos juntos! ¡Si, por favor! ¡Quiero volver a ver a Meryl en bragas!

Chucky de hacendado
En fin, obviamente todo lo anterior es una parodia, y lo notaréis porque habitualmente los muy aficionados a videojuegos nos alimentamos a base de cortezas de cerdo y doritos y no tenemos novia, ni nos preocupamos por la capa de ozono; pero la idea general creo que la pillaís. Kojima lleva haciendo lo mismo muchos años, con sus kojimadas, entiéndase poner alguna chica sexy haciendo posturitas, un chiste fuera de lugar, un easter egg sobre otros juegos de su creación, etc. Kojima va añadiendo cosas y más cosas a sus videojuegos, va haciéndolos más grandes y mejores. ¿Puede flojear el guion de alguno? Pues por supuesto, y no vamos a decir aquí que mea agua de rosas. Tiene sus defectos como absolutamente todos los creadores del mundo, pero es un genio, un genio de los que salen una vez por generación. Lo que nos lleva a Death Stranding.

Deathstranding

Death Stranding básicamente se trata de un salto sin red de Hideo Kojima. Nueva productora, nuevo equipo, lejos del paraguas de Konami -con los que acabó prácticamente a hostias-, nueva IP. Pero no acaba ahí la cosa. Death Stranding se presentó con un video que era un CHOCHO MENTAL. Continuó con otro video que era una PUTA PARANOIA. Y siguió con un gameplay tan putamente raro que la gente no era capaz de decir en qué consistía el jodido juego. Kojima es tan, pero tan personajazo, que avisó a los jugadores de que posiblemente se ABURRIRÍAN jugando las -muchas- primeras horas del juego. ¿Y sabéis qué ocurre? Pues que este señor podría haber hecho otro juego de espías, con referencias a películas ochenteras, con BSO de Harry Gregson-Williams y muchos robots gigantes, y la peña le hubiera empezado a tirar billetes a la cara para que se los gastara en miso, en soba y en lo que le saliera de sus diminutos huevos asiáticos. Pero no. Kojima parece que ha inventado un nuevo género, un nuevo tipo de juego online, y lo ha envuelto todo en una historia que tiene pinta de ser la mayor paranoia salida de la mente de un ser humano con sus funciones cerebrales intactas. Con dos cojones. Pero es que va el tío y contrata a Norman Reedus, a Madds Mikkelsen, a Guillermo del Toro o a Léa Seydoux.

Kojima y Guillermo

Pero es que van ellos y dicen que trabajar con Kojima es una gozada, y se dedican a colgar fotos en Japón comiendo soba, y miso. Y se forma una pelota publicitaria de la leche. Después de dejar Konami. Después de dejar la saga que le ha dado nombre y después de saltar al vacío con una ilusión, una idea y mucho trabajo.

Entonces, concluyendo, me vais a decir a mí, panda de gilipollas, que si el ego de Kojima, que si las kojimadas, que si tenía que haberse jubilado tras el Metal Gear Solid 3, y que si eso es injugable, y que si es todo muy raro-mami-que-sustito. Porque meterse con un puto genio al que no le vais al suelo de la bota en vuestra miserable vida de odiadores profesionales está de moda y os da muchos likes y muchos me gusta y muchos patreons y muchas mierdas de esas por las que vendéis cualquier atisbo de orgullo.

Pero es que todo eso lo hacéis, hijos de la grandísima puta, antes de PROBAR EL PUÑETERO JUEGO. Juego que, por cierto, si acaba resultando una basura, seré el primero en criticar, diciendo educadamente que un genio como Kojima ha fallado.

Y punto.